
En nuestra opinión, no hace falta estar mal, ni siquiera terriblemente mal para acudir a un psicólogo. Hay gente que acude con dudas antes que con problemas o con malestares antes que con diagnósticos y son los que antes evolucionan y menos sufren porque solucionan sus problemáticas de raíz antes de que lleguen a afectarles en su vida cotidiana. Actúan en sus comienzos pero es cierto que aunque afortunadamente existen, no es lo usual. Vivimos en un mundo cada vez más complejo. Con un estilo de vida en el que prevalece el estrés y la inmediatez sobre todas las cosas, lo que dificulta que encontremos tiempo de calidad para comunicarnos efectiva y en ocasiones afectivamente, con nuestros padres, hijos, pareja o amigos.
Es por ello que desde ICAP nos comprometemos a hacer un exhaustivo y personalizado tratamiento ante la multitud de problemáticas que se originan en cualquier fase de la vida debido a problemas adaptativos, afectivos o emocionales que se puedan estar generando entre nuestros pacientes. Tal es así, que el compromiso de ICAP para esta población entre otras muchas cualidades, es el de tan sólo aceptar cuatro casos diarios y no aceptar un quinto a no ser que uno de los cuatro anteriores esté en fase de supervisión o en vísperas de un alta terapéutica para garantizar la exclusividad y la inversión de tiempo apropiada a cada caso.
¿En qué podemos ayudarte?
- Depresión.
- Soledad.
- Ansiedad.
- Rupturas sentimentales.
- Tristeza.
- Pensamiento intrusivo recurrente.
- Conflicto interpersonal.
- Inutilidad.
- Insatisfacción.
- Problemas laborales.
- Desorientación vital.
- Vacío.
- Síndrome del cuidador.
- Malestar vital.
- Duelo.
- “Consejo psicológico”.
- Dificultad para adaptarse a los cambios.